La buena educación no exige nada más que respeto hacia los demás

Un poco de afabilidad y consideración para tratar al prójimo de la
misma manera que queremos que nos traten a nosotros.

Una pizca de empatía para hacer que la vida sea más agradable.

Y eso no es patrimonio ni de antiguos ni de modernos, ni de ricos ni de pobres.

Tan sólo de quien desea ponerlo en práctica.

Fuente: www.lavanguardia.com